¿Quién resiste un vinito con queso? ¡Nadie! Pero, ¿sabés qué vinos combinan mejor con qué quesos?

Si contás con la información adecuada, podés crear maridajes sorprendentes de vino y queso y llevar ese momento de placer a otro nivel.

Repasemos algunos maridajes clásicos y por qué funcionan.

Con sólo 5 consejos la próxima vez no te quedarán dudas sobre qué elegir.

Consejo # 1: emparejá vinos y quesos con la misma intensidad.

Este consejo es el más importante para crear tus propios maridajes. Los delicados sabores del Gruyère se verían abrumados por un Cabernet Sauvignon grande y atrevido, pero están perfectamente equilibrados cuando se maridan con un Pinot Noir.

Como norma general:

• Los vinos de más de 14,5% de alcohol son más intensos y saben mejor con quesos de sabor más intenso.
• Los vinos de menos de 12% de alcohol son menos intensos y combinan bien con quesos de sabor más delicado.

Consejo # 2: los vinos tintos fuertes combinan mejor con quesos curados.

A medida que el queso envejece y pierde su contenido en agua, su sabor se enriquece con el aumento de su contenido en grasa.

Estos dos atributos son ideales para maridar con vinos tintos fuertes, ya que el contenido graso del queso contrarresta el alto contenido en taninos del vino. Para obtener los mejores resultados, elegí quesos curados durante al menos un año, como el Cheddar, el Gruyère, el Manchego, el Gouda, el Provolone o variedades tipo parmesano como el Parmigiano-Reggiano y el Grana Padano.

Consejo # 3: combiná los quesos más apestosos con vinos más dulces.

Los vinos más dulces, como el Moscato, los vinos de postre de cosecha tardía y el Oporto, combinan de maravilla con quesos apestosos, de corteza lavada y de pasta azul.

¿Por qué? El dulzor del vino ayuda a equilibrar el «funk» del queso y le da un sabor más cremoso. Además, el «olor» del queso ayudará a equilibrar el sabor dulce del vino.

Consejo # 4: los vinos espumosos son increíbles con quesos suaves y cremosos.

Los vinos espumosos tienen una acidez y una carbonatación elevadas, que ofrecen un efecto limpiador del paladar a los quesos cremosos y pegajosos como el Brie, el Camembert, el Cremont o el Époisses de Bourgogne.

Consejo n# 5: en caso de duda, elegí un queso firme y con sabor a nuez.

Este es el consejo salvavidas. Cuando te sirven varios vinos y no estás seguro de con qué queso maridar, una de las apuestas más seguras y más populares con todos los estilos de vinos es un queso firme y con sabor a nuez.

El queso tendrá suficiente grasa para contrarrestar el tanino del vino tinto, pero suficiente delicadeza para complementar los blancos delicados. Algunos ejemplos son el suizo, el Gruyère, el Abbaye de Belloc, el Comté Extra, el Emmental y el Gouda.

Hemos terminado de escribir este artículo a las 12.35 p.m. Es un día soleado, casi primaveral. Ya volvemos, nos escapamos a la terraza a con un vino y queso.

¡Salud!

(Foto de Camille Brodard en Unsplash)